Emebed Posada, Castrojeriz

Este hotel fue una maravilla durante mi estancia. La limpieza y el estilo de las habitaciones me impresionaron mucho, ofreciendo un ambiente acogedor y relajante. Margarita fue un encanto y me ayudó muchísimo con una sesión de masajes que me dejó renovado tras una larga jornada. La única pena fue no poder quedarme más tiempo para disfrutar más de esta joya.

Este hotel es un verdadero tesoro a lo largo del Camino. Las habitaciones son amplias y muy limpias, lo que me hizo sentir como en casa. Margarita, la anfitriona, crea un ambiente muy cálido y acogedor. Sin embargo, desearía que nuestra estancia hubiera sido más larga porque me sentí tan relajado que no quería irme. La única pequeña desventaja fue que el desayuno era simple, aunque cumplía su función.

Este hotel es un verdadero tesoro a lo largo del Camino. Las habitaciones son inmaculadas y cómodas, creando un ambiente que nutre el alma. Margarita, la anfitriona, es increíblemente atenta y dispuesta a ayudar. Sin embargo, lamento no haber podido quedarme más tiempo para disfrutarlo aún más.

Este hotel es una maravilla. Desde el momento en que llegamos, nos sentimos cuidados por Margarita, quien hizo que nuestra estancia fuera más agradable al ofrecerme un masaje para aliviar el dolor de mis pies, algo que realmente necesitaba después de una larga jornada en el Camino. La decoración del lugar es elegante y está impecablemente limpio. La experiencia gastronómica fue deliciosa, aunque nos hubiera gustado tener más opciones. En general, fue una estancia corta pero memorable, ¡definitivamente querríamos regresar!

¡Este hotel es realmente un hallazgo! La limpieza y la decoración son excepcionales, y la atención de Margarita hace que te sientas como en casa. Las instalaciones son relajantes, especialmente la terraza con vistas. Sin embargo, desearía haber podido quedarme más tiempo para disfrutarlo plenamente. En general, una experiencia increíble en el Camino.